viernes, 29 de noviembre de 2013

Ciudad infantil San Juan de Dios

En las últimas semanas nos ha acompañado en las carteleras de nuestro municipio la cara sonriente de una chica sentada en su silla de rueda. Su cara, y su posición desenfadada, anuncian felicidad y con ellas se complace en recordarnos a la Obra Social de San Juan de Dios de la que seguramente es beneficiaria.

La Ciudad de San Juan de Dios está con nosotros, arriba en El Lasso, en lo alto, dominando la bahía de Las Palmas. Desde su atalaya puede ver los problemas de tanta gente de la ciudad y de la isla (y de las islas hermanas) que como la chica del cartel necesita ayuda especializada. Y la ayuda la vienen dando sin tregua desde su inauguración en el ya lejano año 1972 con la participación de benefactores y del pueblo llano. De ello, todos nos podemos y debemos sentir orgullosos. 

martes, 26 de noviembre de 2013

Pequeña bicicleta


En la Plaza de las Ranas hay dos ranas. La una lanza su chorro de agua hacia el naciente y la otra hacia poniente. Los chorros de agua -que van en sentido contrario- no chocan entre sí pues forman líneas paralelas y terminan las aguas por caer en el estanque formando ondas concéntricas. El estanque tiene forma rectangular y en sus cuatro lados hay bonitas flores que asoman por encima de los estrechos parterres recubiertos de azulejos de colores. Y en uno de los lados, oculta casi a las miradas, hay una pequeña bicicleta que sirve de jardinera. Bicicleta hecha para tal fin o adaptada de una que sirvió de compañera de juegos de algún niño, de alguna niña pequeña. Ahora, en este oficio, es una linda bicicleta.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Un kiosko

Han remozado en buena hora uno de los kioskos del Parque de San Telmo. Es el que está más cercano a la iglesia que tiene por patrono al santo de los mareantes, como reza, por allí cerca, un letrero explicativo. Han dejado el kiosko bonito en verdad pues, además de que es lindo de por sí, le han dado unas manos de pintura -blanca y azul- a sus paredes y una pasada de barniz a sus maderas y unas manitas de buenas mañas a la cúpula de azulejos, que lo han dejado como un juguete recién salido de fábrica. Al menos como un juguete me lo he tomado yo pensando que es un regalo de los que me traerán los Magos de Oriente y que me ha llegado antes de fecha como anticipo. Naturalmente que estoy contento por ello. Y no es que el kiosko (que sirve de punto de información a los turistas) estuviese mal, no señor, pero ahora es que luce tan lindo... 

domingo, 24 de noviembre de 2013

Zarparon

Los barcos zarparon. Con ellos partieron  los intrépidos navegantes que a través del Atlántico sonoro que cantara nuestro poeta los llevarán a la isla caribeña de Santa Lucía. Cuentan quienes de ello saben que son 226 embarcaciones de 28 países y 1.400 tripulantes. Embarcaciones que han estado en nuestra bahía al amparo de sus muelles, y tripulantes que han compartido con nosotros, durante días o semanas, nuestro aire, nuestro sol, nuestra ciudad. Mucha gente en la despedida a la regata ARC, fiel un año más a la cita con nuestra isla. Hasta la lluvia, serena y compacta, quiso hacer acto de presencia en horas del mediodía para decirles a ellos no un adiós sino un hasta siempre.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Negrura


La obscuridad llegó temprano. A las ocho de la tarde ya era noche cerrada. La luz de las farolas de la autopista iluminaba el negro del asfalto por el que corrían alocados, como escarabajos multicolores, los coches con sus luces encendidas. A medio camino, las casas del barrio marinero. Más allá, la negrura del mar y del cielo, negros como el betún. La luna, en lucha con tamaña obscuridad, trataba de abrirse camino por entre los jirones de las nubes para enviarnos a los pobres mortales, si le fuera posible, unos rayos de esperanza. 

jueves, 21 de noviembre de 2013

Mensaje de amor

Alguien quiso declarar su amor a su amada o a su amado. Para ello escribió en los adoquines del parque un mensaje en letras azules que a la luz del atardecer se ven un poco desvaídas. 
Te Quiero, dice el pomposo mensaje. Y uno piensa que tan sublime declaración no debiera estar a la altura de los zapatos, pues los zapatos de los paseantes la pisan y la seguirán pisando hasta que termine desapareciendo. Es -debiera ser- un mensaje de altura: que vuele alto, que suba hasta el infinito, que se eleve hasta los cielos para que con el lleve por toda la eternidad la solemne promesa de amor de la enamorada o del enamorado.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

La granada

En la avenida un edificio; en el edificio un jardín; en el jardín un árbol; en el árbol una rama, y en la rama una granada. Es la única fruta del árbol y la única del jardín. La miro y la veo bonita. Aún no está en sazón pero ya presenta la belleza en su tierna andadura. Se balancea con el impulso que el viento le da y sus colores brillan en el atardecer. Es, de momento, el anuncio de una fruta prohibida y pienso cuánto tiempo durará allí y me pregunto si manos furtivas no la cogerán para llevarla, no sé adonde, como trofeo. Quisiera creer que no. Quisiera creer que la dejarán colgada, sola y bella, como si fuese una bola que adorna un árbol de la cercana Navidad.

martes, 19 de noviembre de 2013

Castañas

En una esquina de dos calles cualesquiera encontramos el puesto de castañas. Calentitas, pues estamos en otoño y el frío -el poco frío de nuestra Ciudad- se deja sentir. Junto a las castañas, otras chucherías, pero aquellas son las reinas que solicitan de cuando en cuando algún transeúnte. Los más pasan al lado del puesto y no prestan atención al hombre que abrigado con un buen pullover se ocupa de mantener el brasero a punto y que despacha en un cucurucho de papel las castañas recién asadas. Quienes compran llevan consigo el calor del cucurucho entre las manos y el olor agradable de las castañas mientras las comen con apetito y deleite. 

domingo, 17 de noviembre de 2013

Un cartel

En las carteleras de las últimas semanas en nuestras Ciudad un cartel nos invita a dejarnos de largas colas y acudir a hospitales privados. Por otra parte, en varias calles podemos encontrarnos con locales en cuyos cristales aparece el anuncio de un nuevo centro (de pago) que tiene relación con la salud. Ello tiene que ver -no cabe duda- con el desmantelamiento de la Sanidad Pública y con el creciente cabreo de las buenas gentes cansadas de las, dilatadísimas en el tiempo, listas de esperas. Listas que no son de ahora mismo sino que por su antigüedad ya hemos asumido como normales con el sistema sanitario. Vamos, diría un canario de pro, "proa al marisco". Este cartel, tan sugerente, me lo ha confirmado.

sábado, 16 de noviembre de 2013

La escoba

Nuestro amigo Pepe Monagas, el de los "Cuentos famosos de Pepe Monagas" que escribiera Pancho Guerra, tuvo en una ocasión un puesto de escobas en la Plaza del Mercado de Vegueta. Las escobas de aquella época -y hoy será lo mismo aunque ya poco se usen- se hacían con las palmas de las palmeras canarias de nuestra tierra. Los mayores bien que las recordamos pues era la herramienta utilizada en todas las casas para barrer ¡y eran hasta bonitas, usted! Se completaba, con la escoba propiamente dicha, y luego el píngano que a modo de palo (para poderla usar cómodamente) se le metía por la parte superior, formando un todo. Luego vendrían los cepillos y las aspiradoras eléctricas, pero ello es otra historia.


Me he acordado de las escobas de Monagas al ver en un carro de barrendero una palma. Estas sirven a los esforzados trabajadores de la limpieza viaria para barrer aceras anchas, y plazas y parques, pues gracias a su tamaño y a la habilidad con que las manejan, se llevan de una sentada buena cantidad de las basuras que encuentran.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Las vacas


Hace unos meses recaló por nuestro magnífico puerto de La Luz y de Las Palmas un barco en tránsito con ochocientas vacas en las bodegas. Como había mal tiempo no pudo fondear y lo amarraron al muelle con lo que la parte baja de la Ciudad sufrió el corrrespondiente olor intenso a estiércol, insufrible al parecer salvo para los que conocieron y gustaron de las vaquerías de antaño. Hace más tiempo que recalaron otras vacas. Estas, de colores y con dibujos varios. Como eran animales urbanos estuvieron por la Avenida de Mesa y López primero, por Las Canteras después y también por Triana. Ahora están casi desaparecidas así que me llevé una gran alegría al ver a dos en el Centro Comercial de Las Ramblas a una de cuyas terrazas fui a una celebración familiar. La alegría al parecer fue mutua y por ello me retraté con una de ellas. A qué es linda, ¿no es verdad?

jueves, 14 de noviembre de 2013

Tachaduras

Está claro que a alguien no le gustaba el nombre de aquel afortunado a quien estaba dedicado el parque. O no le llegó a gustar nunca la dedicatoria a tal persona. Así que tachó con pintura minio (al parecer) lo que nos decía la placa que está justo en la pared del cementerio del Puerto no sin dejarnos unos resquicios por los que podemos adivinar que el agraciado era parte de la Policía Municipal. Ello nos da pie para pensar  que tal vez al hombre tachador le pusieron una o varias multas (vaya usted a saber por qué motivos) y ello fuera razón y causa de su inquina. 

Otra posibilidad que no hemos de descartar es que el Ayuntamiento hubiera cambiado el nombre del Parque -ahora de La Minilla- y en lugar de mandar a un operario con herramientas para retirar la placa enviaran a un pintor de brocha gorda para que le hiciera unas tachaduras.Todo es posible visto lo visto en estos tiempos de penuria e incuria.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Helechos

Antiguamente, antes de que nuestra Ciudad creciera tan desaforadamente en todas direcciones, en las casas había plantas, muchas plantas. Y había helechos, grandes y hermosos helechos, que eran una delicia el verlos. Actualmente está planta sin flores ni semillas se ven menos pero se ven. Y se venden mucho al parecer pues las vemos en casi todas las floristerías. A mí me encantó este helecho que vi en casa de un familiar y que me apresuré a fotografiar para ustedes.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Homenaje

A un vecino del barrio aunque nacido en Teror que ya cuenta con sus añitos, escritor él de cosas nuestras, costumbristas y de otra índole, llamado Mario Yánez Dominguez le han rendido un homenaje en el día de hoy con el que le han dejado toíto añurgao. 
El acto tuvo lugar en el salón parroquial (teatro muy bien acotejado) de Escaleritas con una obra del propio homenajeado cuyo título es "De cuando Vitorito estiró las dos patas". Fueron actores y actrices del cuadro un grupo de animosos vecinos que todos los años al llegar con noviembre la festividad de Santa Isabel de Hungría nos convoca para deleitarnos con sus deliciosas e íntimas fiestas. Y nosotros acudimos ¡no faltaría más! encantados, pues sabemos por adelantado que vamos a pasar un rato de rechupete.


viernes, 8 de noviembre de 2013

Espacio recuperado

En el empeño del Ayuntamiento por recuperar sitios para tomar copas y cortados en medio de conversaciones y saludos amistosos entre los palmenses, y los palmenses y los foráneos, se ha recuperado para ello en buena hora el viejo y querido edificio del Mercado del Puerto que como se sabe es una obra en hierro forjado de estilo modernista de finales del siglo XIX. Los centros de restauración, de dentro del edificio y de fuera de él, están de enhorabuena pues entre montaditos y vinos, churros y chocolates, cervezas y refrescos están haciendo el agosto en estas aún calurosas noches de noviembre en las que apetece reunirse y charlar, gracias, entre otras cosas, a la invitación que ofrece un alumbrado estupendo.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Columna

El día de sol hace que el cristal de la ventana se convierta en un espejo y que en este se refleje algún detalle de la acera de enfrente. En este caso el capitel de una columna jónica (pudiera ser) de un edificio que está en la calle Mayor de Triana. Me pregunto quien fue nuestro vecino de antaño que quiso tener en el frontis de su casa tal elemento decorativo emparentado con la antigua Grecia. Me pregunto también cuántos de estos elementos tendremos en la Ciudad que nos pasan desapercibidos hasta que un rayo de sol u otra circunstancias nos lo hace visible. Muchos o pocos, pasamos seguramente a su lado sin apreciar su belleza y sin ni siquiera pensar en los antojos o caprichos que tuvieron aquellos que antes que nosotros estuvieron viviendo por aquí.  

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Espejos del alma

Se dice que los ojos son los espejos del alma... Han de serlo -creo yo- y si no lo fueran, que le pregunten al graffitero que ( en un muro junto a la biblioteca de Humanidades) pintó a esta bella mujer, cómo consiguió pintarle el alma. Pues estos ojos -que pudieran ser traicioneros- son ojos dulces y misteriosos que nos llevan al desierto, a las dunas interminables de arena; son ojos soñadores que nos hablan del recuerdo de algún episodio de amor tenido en el oasis que ha dejado atrás; son ojos serenos de mirada limpia y seductora que nos dejan ver a través de su brillo el alma eterna de la feminidad.

martes, 5 de noviembre de 2013

Telegramas

Un edificio del Parque Santa Catalina tiene en el frontis, arriba, los nombres de Correos y Telégrafos. Aquí estuvo si no recuerdo mal unas oficinas abiertas al público para los envíos y recogidas de cartas, paquetes y telegramas. Al ver los nombres que aun se conservan porque el edificio sirve de almacén de reparto no he podido dejar de pensar en los cambios que hemos vividos en cuanto a las comunicaciones se refiere. Hemos podido comprobar como la función del telégrafo (si es que aún existe) se ha visto relegada al olvido. Los mayores aun recordamos, posiblemente, aquellos papeles de color azul claro que se doblaban formando un sobre pequeño, en cuyo interior venían las letras con las palabras precisas de la nueva que alguien quiso o necesitó comunicar. Noticias que para las familias algunas veces eran una desgracia y otras la comunicación de algún enlace matrimonial. Otra cosa eran los telegramas de las Empresas notificando temas comerciales. Unos y otros tenían en común el ser escuetos mensajes para que su coste fuera soportable.

Hoy en día el WatsApp y otras aplicaciones de los teléfonos móviles y de los ordenadores nos tienen sorprendentemente conectados al minuto. Por ello ya no hay ilusión ni sorpresas; ni siquiera la ilusión navideña de la felicitación por carta que hace años por estos días empezábamos a recibir como si fuera el turrón que siempre volvía por Navidad.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Los finaos

Pareciera que los finaos, que es la costumbre nuestra de siempre de celebrar la noche de los muertos, lleva las de perder. Riñe en los últimos años una incruenta batalla con la fiesta del Halloween venida de pa'fuera y, como somos tontos del culo, reímos la gracia de lo nuevo y tratamos de arrinconar -como si nos diera vergüenza- lo que ya era tradición en tiempos de nuestros abuelos. Gracias a que hay gentes que se baten con denuedo y con las armas y las fuerzas que les dan timples y guitarras, y los poquitos de ron que les aclaran las gargantas, cantan y parrandean tratando de que nunca muera lo nuestro.

Otros siguen la novedad y hasta en la playa de Las Canteras hacen altares a los monstruos cadavéricos. Y así en la noche podemos ver con luces siniestras y sombras que amortiguan las aristas, a la calabaza de arena, que habrán hecho, pienso yo, para mandarla con los huevos del Halloween a los profundos y malhadados infiernos.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Con un violín

El muchacho llegó con un violín y con su cara de adolescente imberbe hace ya algún tiempo. ¿Tres, cuatro, cinco años, o más? Apareció un día en la calle de Triana. Tocaba música clásica sin partitura, de memoria, con delicada precisión. Atraía su porte, su concentración, su cara de niño llegado de algún país lejano. De Rusia, se llegó a decir. Pensábamos que era un ave de paso y que estaría tan solo unos días pero para nuestro gozo parece que se ha aclimatado y así lo podemos ver por la calle Mayor y las adyacentes del barrio, y por las plazas y calles de Vegueta, y también en ocasiones por la Playa de Las Canteras en el otro extremo de la ciudad. Hace pocos días lo volvimos a ver. Esta vez estaba en el Parque de San Telmo y tocaba para quienes estábamos en el bar restaurante del kiosko del parque. Con el violín posado suavemente sobre su hombro y con el arco que maneja como una pluma hacía que la música fluyera para deleite nuestro. A pesar de los años que han pasado desde que llegó yo sigo viendo en él al niño prodigio que nos vino desde lejos.