viernes, 31 de enero de 2014

Podríamos decir

Podríamos decir que el lateral y la trasera de la iglesia nos dan pena. La iglesia no es cualquier iglesia pues en ella se venera con gran devoción a la Virgen de La Luz que es la alcaldesa mayor de nuestra Ciudad, a perpetuidad, y además es la patrona general del Puerto de La Luz y de Las Palmas. Merecería por ello un cuidado exquisito esta iglesia, cuya fábrica, enclavada en el barrio de La Isleta tiene antigüedad de algo más de un siglo. Bien es cierto que hace poco rehabilitaron su interior y la dotaron de un sistema de alumbrado que al parecer es el mejor que podían haberle puesto. Pero el exterior que comentamos está pidiendo audiencia. Y eso que tanto el lateral como la trasera son bien visibles desde la autovía de doble carril y doble dirección por la que pasan, casi con total seguridad, cientos de turistas cada día, y por donde transitarán muchos más cuando el anunciado acuario a construir por aquí cerca sea un referente y un atractivo para los cruceristas que por miles nos visitan.

Vean si no la fotografía. Lo único que escapa es el anuncio (en una casa colindante) de la marca de refrescos  que en estos días está dando mucho que hablar, y no para cosa buena. Podríamos decirlo: un refresco a los muros, en forma de arreglo bien pensado y mejor ejecutado, no vendría nada mal a nuestra querida iglesia de La Luz.   

miércoles, 29 de enero de 2014

Vinieron


Vinieron ayer los Príncipes de Asturias a Las Palmas en una de sus visitas protocolarias. Estuvieron poco tiempo según podemos entender por las noticias de prensa: el necesario para inaugurar la remodelación del Castillo de la Luz. Supongo que habrán venido a algo más pero de ello no he encontrado noticias. ¿Habrá habido un acto institucional, un agasajo, un encuentro con las gentes? Sabido es que las visitas no son ya lo que eran. Antes, antes de la televisión en las casas, se visitaban los familiares y los amigos. Charlaban, tomaban el buchito de café, comadreaban las comadres, se compartían penas y alegrías. Ahora, con la televisión, las tabletas y los whatsapp las cosas han cambiado. Tanto, que me imagino, que cuando vaya nuestro Ayuntamiento a inaugurar el Museo de Chirino con las esculturas ya dentro del Castillo, se limitará nuestro Alcalde a mandar a la Casa Real un e-mail con las fotografías de las obras del genial escultor. Yo propondría al señor Alcalde que, si tal hace, mande un cuarto de kilo de café de Agaete a sus Altezas, ya molido, para que tomen el buchito correspondiente a la salud de nuestra Ciudad.  

martes, 28 de enero de 2014

Pecado

La calle Bravo Murillo recibió en su origen el nombre de Camino Nuevo. Se hizo por donde estaba una de las murallas de la Ciudad y más allá de ella estaban los arenales y cómo no lo que se conocía como Fuera de la Portada. Más tarde la ciudad fue creciendo y fueron creándose otras calles y otras manzanas para edificaciones. Una de las calles cercanas y paralela a la de Bravo Murillo recibió el nombre de Cebríán. No me consta el por qué de este nombre que a lo mejor nos lleva a alguien de tiempos de la defensa de la ciudad contra los piratas holandeses. Tampoco importa ahora para lo que voy a comentar. Resulta que en una de las esquinas de la calle Cebríán un cartel anuncia ni más ni menos que el pecado. ¡El pecado ibérico! No el jamón ibérico que es otra cosa, ni el chorizo ibérico, ni el pescado ibérico (si es que este existe). Anuncia el cartel,  ya les digo, el pecado y dan en él la dirección en donde puede encontrarse: C/ Cebríán 21. ¿Nos atreveremos a ir en su busca?

lunes, 27 de enero de 2014

Mordida


El tramo de la circunvalación a la capital que va desde la rotonda del Dr. Negrín hasta la que está más abajo, hacia el mar, está flanqueada por dos espléndidas zonas verdes. En la una (a la derecha bajando) nos encontramos con un buen trozo de césped en dos alturas y luego siguen zonas ajardinadas en las que alguna escultura da para pensar en el buen gusto. En la otra a continuación del Hospital y su pista de aterrizaje para los helicópteros de emergencias, una sábana verde está ocupada por el club de golf que al parecer debiera ser público pues es, parece, del Ayuntamiento. En este trozo de verde es en donde hace unas semanas se ha dado una mordida al césped y al paisaje. Las máquinas excavadoras llegaron y con el permiso de quien puede darlo -es de suponer- abrieron un boquete que ha dejado su huella triste en el terreno.

Desconozco que van a hacer. Y tampoco me preocupa tanto. Lo que sí me jeringa es que en esta ciudad de cementos agobiantes los gobernantes no luchen contra viento y marea para conservar los pocos lugares verdes que tenemos. 

sábado, 25 de enero de 2014

Descabezado

El estudiante pasa sus días sentado en un muro en el acceso a la biblioteca central de la Universidad. El muchacho sostiene con una mano un libro abierto y en la otra, la derecha, descansa su cabeza que estará llena de planes de estudios, de asignaturas, de exámenes y de incierto futuro. El estudiante pasa los días impertérrito ante el frío y el calor, a las noches y a los días, a los rayos hiriente del sol y a la tarosada del rocío nocturno de las medianías. Para él el libro es su mundo y no ve siquiera a la multitud de alumnos y profesores que diariamente pasan ante su persona. Y ni piensa, es seguro, en la maldad que pueda acarrearle un enemigo que los tendrá por supuesto, por su puesto destacado entre la juventud estudiantil. El joven estudiante ve pasar los días, tan iguales para él. Hasta que un día, una noche más bien, una gamberrada -dejémoslo tan solo en ello- de un gamberro psicópata, le costó la cabeza. Un día, una noche más bien, un malhechor cortó la cabeza del estudiante y, como la mano derecha ya no tenía nada que sostener, la cortó también y ambas partes del cuerpo del chico se las llevó a saber para qué.




El gamberro, el psicópata, el malhechor, se ensañó con el estudiante, y no dejó, tras su deshonesta acción sin sentido, un corte fino de bisturí. No, dejó unos cortes horribles de sierra que demuestran las prisas que tenía el ladrón vulgar, el pretencioso gamberro, deseoso de acabar pronto su obra de infeliz mamarracho.    

jueves, 23 de enero de 2014

Los zapatos

En los bajos de un edificio de viviendas en en el barrio capitalino de Las Chumberas, en un pequeño local, hay una zapatería. Entramos en ella y a pocos pasos de la puerta encontramos un mostrador, en el que al momento nos atienden y, a la izquierda del mostrador, vemos un cuadro. Nos atiende uno u otro de los dos zapateros habituales en el negocio. Zapateros remendones, diríamos, pues en su oficio, bien llevado -según su numerosa clientela- los arreglos de zapatos y otros menesteres con el cuero llenan su vida laboral: poner tapas a zapatos de señoras, poner medias zuelas, arreglar tacones, remendar lo roto, abrir agujeros, colocar y restañar cremalleras... Podríamos decir, sin temor a equivocarnos: coser y cantar...

Decíamos que al entrar encontramos un mostrador y más allá, diremos, hay una estantería con bolsas de plástico y cartuchos en cuyo interior se encuentran zapatos y botas arreglados. Más adentro (lo vemos a través de una abertura sin puerta) está el taller y en éste intuimos más que vemos se encuentran las máquinas de coser y demás artilugios y herramientas necesarias para el trabajo diario. A nosotros, que quieren que les diga, nos ha llamado la atención el cuadro pintado, no habrá que jurarlo, por un pintor que puso en ello su alma. Es un cuadro de dos botas remendadas, lo más apropiado para la zapatería de viejo, según nuestro parecer. Juzguen ustedes si tenemos razón, o no, en nuestro aserto mirando la foto que acompañamos.

  

martes, 21 de enero de 2014

Buena campaña

Hemos visto una valla de esas que pone el Ayuntamiento en las aceras para que no crucemos por sitios indebidos. En la valla -que por esta vez llamaré bendita valla- vemos las fotos de dos cabezas preciosas de magníficos perros adultos, uno de color negro y el otro de color café con leche clarito, con sus lenguas fuera de sus bocas. Los perros nos miran desde las fotografías con esas miradas tiernas que tan solo los perros pueden dar, y con ellas piden nuestra atención hacia el mensaje que está entre ambos: NO SOMOS DELINCUENTES!!!!! 

¡No somos delincuentes!, gritan con esas letras en mayúsculas. Y luego, como avergonzándose, en letra más pequeña solicitan espacios para poder correr y jugar y ser buenos. Piden poco estos perros que son criaturas de Dios. Piden poder convivir en armonía. Y aun sabiendo que en este tema hay opiniones variadas yo me uno a su petición pues teniendo uno en casa sé de su fidelidad y de su cariño.

miércoles, 15 de enero de 2014

Gerbera

Un hombre con su pequeña furgoneta vende plantas por el barrio. Va ofreciendo su mercancía y al contar con un número de clientes habituales (a los que se unen otros esporádicos) consigue, creo yo, volver a casa con la furgoneta vacía al final de la jornada. Siempre nos trae algo nuevo. Y nos deja en el dilema de cual comprar. Tiene plantas que solo muestran su color verde, unas grandes y otras de menor tamaño. Tiene otras que nos atraen con el llamativo color de las flores como si nosotros fuésemos abejas dispuestas a libar sus jugos para fabricar miel. Hoy, nuestro amigo de la furgoneta ha traído unas plantas con flores que nos gustaron, pues no solo son bonitas sino que nos recuerdan cuando en nuestras casas de la niñez, con patio y azotea en cada una, estas plantas y otras muchas no faltaban. Está de más decir que, no pudiendo resistirnos, compramos tres pequeñas macetas en las que las delicadas gerberas -así se llaman- lucen graciosamente sus palmitos.  

sábado, 11 de enero de 2014

La luna, hoy

Después de la tormenta, los días siguen bastante fríos. No en vano el padre Teide está nevado y desde la isla hermana nos manda un saludo de aire invernal. En el cielo de Las Palmas hay pocas nubes que son como ovillos de algodón deshilachado. Ya próximo a caer la tarde está azul el cielo, un azul tenue que poco a poco se irá apagando. La luna brilla en lo alto. Está engordando a ojos vistas y ya no es aquel trozo con dos puntas que semejaba una tira de melón blanco. En pocos días estará llena pero ya muestra su encanto de joven que va hacia la plenitud. La tenemos encima nuestro al pasear. No sé si Pancho la verá y si para él será un misterio las fases de la luna como lo es para mi. Posiblemente el animal tenga otras preocupaciones mas perrunas y poco o nada le preocupe las cosas de los astros del cielo. Nosotros los hombres sí que hemos querido desentrañar los misterios y con ello hemos desbaratado el amor que por la luna han sentido los poetas de todos los tiempos.

jueves, 9 de enero de 2014

El trueno

Habían previsto lluvias fuertes durante horas sobre la isla e incluso nieve en las Cumbres. Así que no nos extrañó oír de madrugada el repiqueteo del agua en las ventanas ni tampoco el retumbar de los truenos lejanos que acostumbran a llegar con las tormentas. No nos dimos cuenta (y dicen que fueron muchos) del resplandor de los relámpagos ni de algunos rayos que los dioses tuvieron a bien enviarnos. La tormenta siguió en sus treces en horas de la mañana y las redes sociales se llenaron de noticias -falsas o no- de la caída de la nieve que siempre llama a regocijo en la isla. Fotografías iban llegando de nuestras montañas semicubiertas con un precioso manto blanco que parecía autentificar el hecho.

A media mañana, sobre las once, un aguacero pareció querer ahogar a la Ciudad que por momentos quedó sumida en una negrura hostil con nubes negras de negros presagios. De repente llegó el trueno rotundo y potente descargando sobre los corazones isleños un estupor acongojante. Un rumor como de grandes piedras rebotando en los barrancos de la isla; un ruido inmenso que desbordó los limites geográficos de la urbe y que se trasladó por ciudades y pueblos del interior sobrepasando, seguramente, las más altas montañas de la isla; un estertor de gigante dormido, queriendo despertar de su tremenda pesadilla.

Foto:
Jose Luis Sandoval
noticiasgrancanaria.com    

miércoles, 8 de enero de 2014

Los huesos

En la circunvalación nos encontramos con alguna señal de tráfico que nos dice que en la misma dirección encontraremos a Guanarteme y a Gáldar. Será casualidad, pero lo cierto es que estos nombres que la señal ha unido han estado juntos desde los tiempos de la Conquista de Gran Canaria. Guanarteme, don Fernando Guanarteme, cuyo nombre era el de Tenesor Semidán, fue el último de los reyes de la isla, el último de los guanartemes del guanartemato de Agáldar y se trajo su nuevo nombre de Castilla cuando fue llevado ante los Reyes Católicos y se convirtió en un valioso aliado de los conquistadores.  

Los huesos de Guanarteme no están, sin embargo, en Gáldar. Están en Tenerife, en la ciudad de los Adelantados, en La Laguna. Y el Presidente del Cabildo de Gran Canaria quiere que vuelvan a esta su isla y para ello ha pedido el parecer -parece- del señor Obispo de la Diócesis Nivariense. ¿Vendrán los huesos emblemáticos, y si vienen, en dónde quedarán enterrados para loor y gloria nuestra? ¿En Gáldar, ciudad de los Guanartemes, o en la capital primera aquí en Las Palma levantada?

domingo, 5 de enero de 2014

Tortilla

Triana en la Noche de Reyes es un rebumbio de gentes. Gente que pasea, que se para, que sonríe, que se trasmite felicidad. Gentes que no se han visto, quizá, desde la Noche de Reyes del año último, del año recién finalizado. Hay en la calle de Triana y en los alrededores incontables bares y chiringuitos. Como por un casual han desaparecido las mesas de siempre de las tertulias amigas al ritmo lento de un cortado y lo que se puede conseguir en esta noche, eso sí, es una 'birra', una cerveza, o un vino, que el agraciado tomará de pie junto a los amigos, todos apretujados. Ya digo que esto es un rebumbio de gentes. Gente amable en una noche tranquila de buena temperatura ambiental pero sobre todo de buena temperatura humana. Se habla -se hablará seguramente- de lo humano y de lo divino en unas tertulias amigas -esta noche sí- al ritmo rápido de las voces quedas, de las risas suaves, de las felicitaciones sinceras.

Yo en esta Noche de Reyes he estado en Triana y para mi gusto que no había comido desde hacía muchísimo tiempo con tanto gusto una ración de tortilla española. La despachan en esta noche, según tradición desde 1985, en uno de los bares de una de las calles que nos llevan a la de Triana. Y estaba la mía -la tortilla- rica, rica, buena, buena.

sábado, 4 de enero de 2014

Ya

Ha han pasado las fiestas de Navidad con sus villancicos y sus belenes. Ya han quedado atrás las fiestas de Nochevieja con sus brindis, voladores y lentejuelas. Ya solo queda que pasen los Reyes con sus regalos de ilusión. Luego la ciudad volverá a su aspecto habitual dejando atrás escaparates especialmente decorados y calles y plazas iluminadas con sus árboles y palmeras llenas de luz y de color. Todo será distinto. Se apagarán los ecos de las felicitaciones y de los parabienes. Y las bolsas con las compras de los regalos serán llevadas a los comercios para las devoluciones y cambios. Junto a ello vendrá tiempos de rebajas y regateos y una vez más nos llegará, ya, el anuncio del carnaval. La ciudad volverá a su ritmo lento, indolente, de calma, de aplatanamiento. Y yo seguiré paseando, esperando encontrar aquellos rincones únicos que la hacen mía. Nuestra.