sábado, 23 de enero de 2016

Del ayer

Leemos cosas nuestras, de escritores de aquí mismo, de tiempos pasados, y nos sorprendemos al encontrar pensamientos, sentimientos y situaciones de personas que caminaron por donde nosotros ahora andamos. Hemos leído en estos días un libro sumamente interesante: Saulo Torón, prosista. Quince textos exhumados, es su título y su autor Antonio Henríquez. Lo que este último dice es interesante, pero, lo que a nosotros nos ha llenado de nostalgia y felicidad es saber lo que dejó escrito Saulo Torón de las gentes de su tiempo, tiempo del que ahorita mismo se van a cumplir los primeros cien años.

Veamos, por ejemplo, lo que Saulo, poeta al fin y al cabo, opinaba de Las señoritas del campo: A ellas les decía:"Muchachitas del interior, sanas e ingenuas como las brisas de vuestros campos, no vengáis a la ciudad. Vuestra saludable pureza se enrarece y aminora al contacto de su ambiente. Más que estas calles febricientes y aturdidoras, donde el tráfico mercantil empobrece las almas y embrutece las inteligencias, amad vuestras campiñas, la santa quietud de vuestras campiñas con sus jardines floridos y sus rosas perfumadas. Más vale una de vuestras rosas que cualquiera de los corazones que aquí veis; más vale un rayo de sol dorando la cima de vuestras montañas que la algarabía de luz y oro de estos escaparates. ¡Muchachitas del interior, no vengáis a la ciudad!"

¿Qué consejos les daría, Saulo, escritor y poeta, hoy?

martes, 5 de enero de 2016

Conciertos en Navidad

En la bien iluminada iglesia de la Virgen de la Luz -con luces en consonancia a la magnificencia de Nuestra Señora- disfrutamos de dos conciertos en los días cercanos de la Navidad. En el primero nos deleitó con música de películas, y villancicos varios, la Banda Municipal de Música de Las Palmas de Gran Canaria, que inundaba el templo, y a nosotros, de íntima alegría. En el segundo, un grupo de artistas del bel canto fueron turnándose para ofrecernos como solistas, o en dúos o tríos, y también todos juntos en algunas de las composiciones, una velada lírica en la que pudimos escuchar canciones varias en las voces de las sopranos, de los tenores y del barítono, (con la música de piano que les acompañaba), entre las que no podían faltar clásicos villancicos tales como la Canción del tamborilero, Adeste fideles, Navidades blancas y Noche de Paz.

Todo ello nos proporcionó aquellas sensaciones de recogimiento que el templo, convertido en lugar de bella musicalidad, nos dio como regalo navideño.

Feliz 2016.